- Por qué? - dijo la Maga, sin moverse del suelo, mirándolo como un perro.
- ¿Por qué qué?
- ¿Por qué?
- Ah, vos querés decir que por qué todo esto. Andá a saber, yo creo que ni vos ni yo tenemos demasiado la culpa. No somos adultos, Lucía. Es un mérito pero se paga caro..