For a pessimist, I'm pretty optimistic

martes, 4 de septiembre de 2012

Los dedos deslizándose por los sobresaltados puntos. La mente tratando de entender. Los dedos marcando, uno por uno: el odio, siquiera con una misma, siquiera con el otro, con el destino. 
Y en esa especie de talismán, todo mi completo odio. 
Hoy en él, todo el pasado acumulado, en él la mezcla de piedra. El circulo vicioso de alambre manufacturado que encuentra fin en su centro. Ya no mas circulo, ya recto. Que paradoja pensar en creer que el fin de un circulo significaría el fin de toda la existencia.
El centro, el final y el comienzo, iniciándose y finalizándose de manera confusa. La falta de oxigeno convirtiéndose en mis próximos zapatos.
La desespera convertida en paz, la semilla en flor. La nueva edad. El entendimiento de la cercanía a lo profundo sin caer, la búsqueda similar a la de un abuelo que busca una aguja en un pajar. Y aún me faltaba más, pero mientras la vida que sucede, suceda... Ahora dejaba todo, ahora me entregaba a mi fe. Mi Yahvé, mi única paz en este bullicio.