- Una caricia por tu mejilla que te brindo por inercia y así me percato de estar mirándote, habiendo ya pasado un tiempo. Miro el pequeño rulo, que desea escapar para hacerme sonreír de ternura. Tu barba sin mas sentido que pretender hacerte aun mas hermoso. Se cruzan las miradas y te encuentro mirandome mirarte, bajo la vista, comprendo que tu boca ansía mi beso y sin embargo sigo observandote, no puedo detenerme. Creo haber persivido, que seguimos un mismo mapa sin direcciones, yo en vos, vos en mí. Una vez más con mi mirada siempre cálida y semi perdida en vos, te admiro, te deseo, me apresuro a robarte un beso: esa pequeña forma de creer que es donde allí culmina todo; sin embargo entre besos y otros placeres, ya somos dos los que deseamos más. Como quien actúa en un 'sin querer' constante, finalmente desnudos, nos amamos, ante la mayor exposición de piel con piel. Maltratamos el colchón, creamos el placer. No hay tiempo, no existe nadie mas que vos y yo, cuando así estamos. Tus caricias parecen eternas, solo el uno para el otro. Me mirás, con la mirada pareces hacerme una pregunta. Sí, me gusta, mi amor. Mirandote podría estar años luz. Acabamos, en el frenesí de desearnos. Nos recostamos, nos relajamos en comodidad, pero sabemos que no terminó, sabemos que nos tenemos tantas dulces deudas aún... que deseamos embargarnos siempre más.
