Supongo que siempre tuve miedo y siempre fue a fallar. Y supongo también que nunca sentí un total apoyo de mis padres... porque no quise verlo, o porque lo esperaba de otra manera, porque nunca entendí que la fuerza está en mí y en nadie más.
Supongo que por eso te envidio. Que por eso envidio a todo aquel que se anime, que me vuelvo en este ser despreciable que envidia seguridades ajenas en vez de fortalecer las propias. Y ahí es cuando siento que caigo en lo peor de la miseria humana. La envidia, que sentimiento mas despreciable. Lo único que muestra es la debilidad, y yo soy débil. Yo no sé cómo empezar, no se como animarme, no sé como. Esta es mi valija. Este es mi peso, mi miedo en la vida. El miedo de fallar y no ser lo mejor me deja tantas veces atrás. Me doy asco, a veces. Pero nunca solucionaré nada si no intento.
Quiero rogar y a veces no se si hay alguien del otro lado.