For a pessimist, I'm pretty optimistic

domingo, 22 de diciembre de 2013

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Mientras tu boca violenta revienta 
dentro de mi boca como un rayo una tormenta 

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Dejalo ser, dejalo sacudirse bien

Mandando mensajes al infinito a seres que habitan pero no habitan, mensajes que no sabría si llegarían, porque son años luz, porque no hay remedio. Igual como te lo dije cuando el semáforo me quemaba los ojos mas que ver tus lágrimas: He pasado por suficiente, me han fallado y he fallado, no quiero fallar más por idiota, quiero intentar.
Que delirante es la manera en la que una relación te puede abrir las puertas a la respuesta de otro mundo completamente paralelo. Como una pelea puede quebrar dedos y sacudir cerebros de manera similar. No, no soy fácil, pero sí egoísta, si busco mi libertad y nada más.
¿De qué escapo y quién me persigue? No lo sé.

jueves, 12 de diciembre de 2013

 ¿Quién estaba de vuelta en sí mismo, de la soledad absoluta que representa no contar siquiera con la compañía propia, tener que meterse en el cine o en el prostíbulo o en la casa de los amigos o en una profesión absorbente o en el matrimonio para estar por lo menos solo-entre-los-demás? Así, paradójicamente, el colmo de soledad conducía al colmo de gregarismo, a la gran ilusión de la compañía ajena, al hombre solo en la sala de los espejos y los ecos. Pero gentes como él y tantos otros, que se aceptaban a sí mismos (o que se rechazaban pero conociéndose de cerca) entraban en la peor paradoja, la de estar quizá al borde de la otredad y no poder franquearlo. La verdadera otredad hecha de delicados contactos, de maravillosos ajustes con el mundo, no podía cumplirse desde un solo término, a la mano tendida debía responder otra mano desde el afuera, desde lo otro.

domingo, 1 de diciembre de 2013


Y nosotros somos raros, raros, raros.. A dónde iremos a parar con mi carrito a ruleman

Un plano del desamor

El mundo está lleno de amor, si, lo está. Pero donde no está ¿Que hay? Donde el rincón del cajón no se deja ver, ese espacio oscuro, allí existen los desenamorados, los que fueron despachados del edén, los que su principal sentimiento de odio, los hace volver en busca de lo mismo que perdieron, irónicamente, el amor. Lo buscan en la frase de ese libro, en esa canción que andá a saber si da justo para vos, pero el desenamorado por tal condición modifica y cree que es para él. Están también los que recurren a los vicios malos y de pronto dos, tres botellas y se olvidan, o recuerdan mas que nunca. Están los que siguen con la idea de que el amor vuelva, están los que rechazan, los que ya pasaron por eso y les da igual, los acostumbrados. De todas clases existen, pero todos con algo en común: El vaivén de ideas hace que el desenamorado finalmente no entienda bien que sucede en sí mismo "Pero, ¿Que pasa? Si es que quiero escapar de este dolor pero lo único que hago es volver"
Uno creería que un pensamiento inteligente a meditar en esta situación sería saber que hay que escapar de lo que nos hace mal, ponerle fin, pero ¿Que tiene el amor que te hace querer volver una y otra vez? No hay forma, es como si para escaparse habría que hundirse inclusive más. Como si para salir del planeta tierra hubiese que cavar un pozo hacía su centro, y de pronto no hay nada mas que tierra y uno que otro hueso que te escondió el perro. Y es que no existe manera inteligente de salir, once you're in. No existen los pensamientos cuerdos en este juego.
Existe el desenamorado que acepta esto y se deja ser. Sufre, siempre sufre, desmedidamente a veces. Reclama amor, lo rechaza, lo pide, lo niega, lo abraza. Hasta que finalmente el desamor es su antítesis, el desenamorado se convierte en enamorado, cambiando totalmente su rumbo, son ahora enamorados del desamor. Ya lo disfrutan, ya lo sienten, ya lo ven donde quiera que vayan. Ya están acompañados, por una sombra, pero acompañados al fin. Ya no duelen, ya pasaron.
Luego puede existir un plano del desenamorado muy bajo, hablo de quienes creen ser los primeros e indiscutiblemente únicos amantes de ese amor que tuvieron. Amores clamando a gritos mudos que aturden, ser los originales, los verdaderos, ante el nuevo amor de su viejo amor. Los despechados ¿A donde van? Con su dolor que no les permite terminar de curarse y creyendo hacer temblar las baldosas de un piso que está reluciente. Husmeando por cerraduras y sacudiendo picaportes ¿A donde se quiere llegar?
Pero después, lo peor. A mi parecer, lo mas espantoso. Los de las dos clases, los abrazados al desamor y los reclamadores. Su amor pasó pero no pasó de su vida, para los desenamorados su amor pasó, pero a otro plano, al plano nostálgico que los acompaña, al recuerdo. Cuando les hacen temblar el recuerdo, reaccionan, vuelven al odio, al reclamo, a sentir querer pelear por su puesto ya inexistente. Pero la realidad es dura, sus amores ya no están ahí.
¿Por qué vuelven? ¿Que quieren? ¿Que pretenden? Esto duele, duele siempre, para que el que envidia, como para el envidiado, como para el que queda en el medio. El que se cree original ante la otra persona, no hace mas que volver a un pasado que no vuelve. El envidiado, duda, duda aunque no quiera porque le hacen dudar, y el que queda en el medio allí esta, dudoso y volviendo al pasado por obligación. Lo más importante es que para los dos últimos esto pasará, pero para el desenamorado, lo pudre aún más.
El verdadero desenamorado aprende y resurge de su condición de tristeza que lo hace horrible cuando aprende a darse el valor que realmente tiene en su ser. Cuando ya no es periodista de una nota que no le quieren dar, cuando se acepta como tal y pretende lo mejor para su ser. Cuando se aleja y comprende nuevos horizontes, cuando comienza a ver el gris mas cerca del blanco que del negro.
¿Cómo puedo quejarme yo de los desenamorados? Los conozco tan bien, estuve allí. Pero ya no soy, ahora soy envidiado y soy medio. La respuesta ya está, esto pasará.

Inés-tabilidad yo voy a sentarme frente a tu puerta a llorar, a patear, a gritar, 
Y SI TE QUERÉS IR, ABAJO TENEMOS LA PUERTA Y SOLO TENÉS QUE ABRIR!


Querer gritar por situaciones que te inestabilizan tu universo, por cosas que no podes decir, que no podes sacar. Tanto grito cuando callo. Criticas que envidian, lo que no volverá hecho sueño y tus muestras que no mostras, que callas. No calles, sentime como tal. No me dejes paranoiquear.